8 de febrero de 2011

A diez centímetros de ti.

03.05.99

Todo se queda en silencio. Oyes que se abre la puerta, pero no como se cierra. Y corres como los personajes de tus cómics. Más rápido que en toda tu vida. Sales de casa como una exhalación y llegas a la puerta C. Está abierta, completamente abierta, te aseguras de que el Sirhan1 no este. Se escucha un lamento, pero sabes que no es de ella. Jamás llora, ella no. Y sigues el llanto.

-Hija, ¿por que no le hiciste caso? -miras atónito a su madre hecha un mar de lagrimas, pero no se atreve ni a tocarla. Y coges fuerzas y miras a tus pies, a ella. Te dejan de funcionar los pulmones, sientes el corazón en la punta de los dedos.

-¡Dios mio! -tus dedos dejaron de latir. Está tirada como si no fuera nada. Solo ves sangre y su cuerpo inerte. Tus ojos captan un destello y lanzas el cinturón por la ventana. En ese momento juraste no usar jamás uno.

-¡Niño vete de mi casa o llamo a la policía!

-¡Cállese! -chillas desde lo más hondo.- Esto también es culpa suya.
* * *
-¡Tranquila! Escucha mi voz, centrate en ella. -Hace mucho que solo existe esa voz para ti. Por
cada latigazo, él golpea la pared. Cinturón. Pared. Cinturón. Pared. -¿Entendido?

Mentalmente le pones una camisa de fuerza al dolor y cierras los ojos. Ahora solo están la pared y su voz. Te dejas hacer. Así tu cuerpo no pesa y no sientes apenas el impacto del cuero. No te da tiempo a sentir el daño, un golpe sigue al siguiente y después al otro y al otro. Ya no notas tu piel resquebrajándose. La sangre deja correr tan deprisa. Tus pulsaciones se vuelven sumisas y calman su ritmo. Solo pides que acabe cuanto antes. Que se desahogue y te deje... en un acto reflejo te cubres. Pero tiene demasiada fuerza y tu cabeza sale disparada cual balón de fútbol.

-¿Ves lo que pasa cuando me desobedeces? -claro que sí. Lo que no sabes es cuanto tiempo lleváis, pero sí que está enfadado. Los latigazos son más certeros, con más fuerza. ¡Dios! Estas hecha polvo.- ¿Acaso quieres que todo el barrio sepa lo malcriada y estúpida que eres?

Siguen los golpes y sigue la pared. Parece un maldito partido de tenis. ¡Termina ya!... y terminó. Te toca descansar. Ni abres los ojos, ni te mueves. Ahora toca lo peor. Todo está en calma. Y es cuando lo sientes todo. Cada golpe. Cada insulto. Cada tirón de pelo. Cada patada en el estomago.

-Hija, ¿por que no le hiciste caso? -es que deseabas tanto ponerte esa camiseta. Te daba igual si se veían los moratones o los cortes.

-¡Dios mio! -¿Qué?, se te riza el vello de la nuca y comienzas a temblar. ¿Cómo es posible que sigas oyendo esa voz? Ya se ha acabado. Le has oído salir por la maldita puerta. ¡Lo has oído!. Abres los ojos y ves unas zapatillas Nike que han tenido mejores días.

-¡Niño vete de mi casa o llamo a la policía!

-¡Cállese! -callaos los dos por favor. No lo llegas a decir, no tienes la fuerza necesaria.- Esto también es culpa suya.

Notas un leve toque a madera y jazmín en el aire. Un olor que cada vez está más cerca.

-Hola bonita. -Te aparta el pelo de la cara y te acaricia la sien izquierda.- Voy a levantarte, ¿vale?

Que se vaya. Solo quieres estar sola, para poder lamerte las heridas. Te da la vuelta y pasa un brazo por tus rodillas y otro por la parte alta de la espalda. ¡Argg! Que pare, por favor. Duele demasiado. Demasiado para tu orgullo, dejar que otro se encargue de ti.

-Bien, ya te tengo. Ahora te quitaremos esa ropa y te darás un buen baño. -Es enorme. Es el niño más alto que has visto jamas. Y su piel... te recuerda a la noche. Llegáis al baño y te sienta en la bañera.- Te voy a quitar la ropa ¿Sí? Pero te prometo que no mirare. Solo quiero limpiarte. Confiá en mi.

Notas una pequeña suplica en su tono. Así que decides confiar. Al fin y al cabo no puede ir a peor.

-Me llamo Bastián. Vivo en el B y tenemos los cuartos uno al lado del otro. -Cierras de nuevo los ojos. - Tú te llamas Liberty, ¿verdad?. Es precioso, tu nombre me recuerda a una reina africana. -Deportivas. Calcetines. Tu camiseta favorita. Pantalón. Te deja la ropa interior con dibujos de caballos y enciende el agua caliente.

-Hablas mucho y muy rápido. Me gusta. -Sus ojos se te clavan como puñales. Como si mirara a un extraterrestre. El agua hace rato que pasó de roja a transparente.- ¿Ocurre algo?

-Es la primera vez en 4 años que oigo tu voz.






1Significa Lobo en africano. Y es el apodo que usa Bastián cuando se refiere al padre de Liberty.

6 comentarios:

xarly dijo...

ya te dije lo ke pensaba del texto y pienso ke como sigas asi ni ken follet valdra una mierda jeje y yo solo te di un empujoncito pa ke sacaras todo eso ke tenias dentro me alegro de aberlo exo te kiero ermanita

una gata en jerusalem dijo...

Un placer leerte, sigue, que yo te seguiré también

Cheester dijo...

Nunca dejes de hacerlo tan bien... Me encanta, lo sabes.

Tkeru :)

Lu.- dijo...

Me encannto leer esta entrada tuya, tu blog esta precioso :)

Anónimo dijo...

¡¡QUE HORRIBLE SER TRATADO ASÍ!! Y que bello es Bastian.

Attt: S@rond@-

Anónimo dijo...

Chiquilla, no sé si podré seguir leyendo. Pero creo que lo haré, es mi manera de aportar un átomo de aliento.
Un beso