13 de mayo de 2013

El fin esperado

He dejado que los atisbo del odio dirigan cada paso. La idea de una venganza alimentaba este cuerpo esquematizado. El peso del dolor era el que me hacia trabajar y ganarme el pan. No he conocido otra vida más que esta. Una llena de resentimiento disfrazada de ironia. Y es ahora cuando comprendo que no todos los fines justifican un medio. Y es que si me abandonas que sentido tenia el comer, si no vas a estar para lamer mi barriga inchada. Que siginificado he de darle a mis pasos si no van tras de ti. De que me sirve obrar si voy a pagar una casa vacia de tu sonrisa. Pero el problema es mio. No tuyo. Pues los heores mueren por su causa, no viven de ella. Y esta noche morire. Aunque creo que estaba muerto desde el principio.

No quiero que me recuerden. Quiero tu me recuerdes. No dejes que sea un simbolo de libertad. Pues yo nunca fui libre. Creci con odio y mori por él.

2 comentarios:

Roland dijo...

Uff Dices mucho en pocas líneas.

Bueno, creo que he recorrido un camino similar varias veces, sólo te puedo decir que te armes de paciencia y que trates de mantener el amor propio. El tiempo se encargará de que la perspectiva cambie. Siempre lo hace, y acaba transformando aquello más doloroso en algo de lo que aprender.

¡Ánimo! Un abracete

Cristina dijo...

Cris!!! Cuánto tiempo!! Que tal te va todo?? La última vez que te lei, te vi muy feliz, espero que esta última entrada me esté engañando y no represente tu estado de ánimo actual, porque no quiero que estes mal pequeña... anda, dame una alegría y públicame una entrada de las tuyas, llenas de fuerza, como a mi me gustan ;)

Un besazo gigante TOCAYAA!!!